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Manual Técnico Uponor
Confort durante todo el año
De entre todos los sistemas existentes de climatiza-
ción, los sistemas radiantes son los que mejor se ajus-
tan a la emisión óptima de calor del cuerpo humano
por radiación, convección, transmisión y evaporación.
La sensación de temperatura de las personas no
corresponde a la temperatura de aire, sino que
equivale a la temperatura de confort, denominada
también temperatura operativa. De forma práctica,
la temperatura operativa en el interior de los edifi-
cios equivale al valor promedio entre la temperatu-
ra del aire y la temperatura radiante media de las
superficies interiores de la habitación (suelo,
techo, paredes, puertas, ventanas, etc.).
Es decir, si en invierno deseamos mantener una
temperatura de confort determinada, podemos dis-
minuir la temperatura del aire y aumentar la tempe-
ratura radiante media de la habitación. En cambio,
en verano, podemos aumentar la temperatura del
aire y disminuir la temperatura radiante media.
Perfil óptimo de temperatura
El perfil óptimo de temperaturas en invierno para el
cuerpo humano es aquél según el cual la temperatura
del aire a la altura de los pies es ligeramente superior
a la temperatura del aire a la altura de la cabeza. Esto
se traduce en una percepción, por parte del usuario
del sistema, de una mayor sensación de confort.
Inercia térmica
La inercia térmica es la capacidad que tiene la masa
de conservar la energía térmica recibida e ir libe-
rándola progresivamente, disminuyendo de esta
forma la necesidad de aportación de climatización.
La inercia térmica o capacidad de almacenar ener-
gía de un material depende de su masa, su densi-
dad y su calor específico. Edificios de gran inercia
térmica tienen variaciones térmicas más estables
ya que el calor acumulado durante el día se libera
en el período nocturno, esto quiere decir que a
mayor inercia térmica mayor estabilidad térmica.
La inercia térmica es un concepto clave en las téc-
nicas bioclimáticas ya que la capacidad de acumu-
lación térmica de las soluciones que conforman un
elemento arquitectónico es básica para conseguir
el adecuado nivel de confort y la continuidad en
las instalaciones de climatización.
La inercia térmica conlleva dos fenómenos, uno de
ellos es el de la amortiguación en la variación de
las temperaturas y otro es el retardo de la tempe-
ratura interior respecto a la exterior.
Un ejemplo de gran inercia térmica es el suelo, cuyo
efecto climático puede ser utilizado ya que amorti-
gua y retarda la variación de temperatura que se
produce entre el día y la noche. El semi-enterra-
miento de edificios puede llegar a aprovechar la
capacidad de acumulación calorífica del suelo.
En los edificios modernos se presentan grandes varia-
ciones de la temperatura interior debido a la influen-
cia de factores externos, por ejemplo: radiación solar,
frío radiante, aire frío, aire caliente.  La principal causa
de este problema es el bajo nivel de aislamiento tér-
mico (incluyendo puertas y ventanas) y del alto nivel
de infiltraciones de aire en los edificios.
Una forma de minimizar este efecto es el aprove-
chamiento de  los elementos constructivos del edi-
ficio (suelo, techo, paredes) como elementos acu-
muladores de energía (inercia térmica). Mientras
más energía podamos acumular en estos elemen-
tos, menor será el efecto exterior negativo, mante-
niéndose temperaturas interiores muy estables
durante todo el día y año.
1.2. Ventajas
Fig.1.1
- Calefacción ideal
Fig.1.2
- Suelo radiante Uponor
Fig.1.3
- Radiadores
Fig.1.4
- Convectores
Fig.1.5
- Calefacción por techo
Fig.1.6
- Calefacción por pared